El niño en la bicicleta violeta con mangos de goma blancos--¿De qué tiene?
Doña Limber--Tengo de…’pérate, deja vel qué me queda [camina sin prisa hacia el freezer de la marquesina, manos estiradas arropando sus anchas caderas, como si las midiese con casa paso]: Cherry, china, limón, mantecado,coco y tamarindo.
Doña limber- ¿De quince o de peseta?
El niño en la bicicleta violeta con mangos de goma blancos--¡Los de tamarindo de peseta y el de mantecado de quince! [Gritando para que lo escuchen hasta el freezer donde se encuentra Doña Limber enhiesta mirando a lo profundo del arca, lista pa' zumbar la mano en la cueva del tesoro en busca del sabor que sea. Mientras el niño se prepara para estirar la mano y pasarle la chavería de la alcancía por entre las rejas con más curvas que Pauline Crespo en esos días.]
Ambos maniobran para pasar los limbers por los huecos de las rejas. Victorioso, el niño en la bicicleta violeta con mangos de goma blancos le pasa a los limbers a los panas en las bicis esperando. Entierra con deseo sus dedos llenos de tierra en el vaso, haciéndole presión al hielo para que se asome por el borde del vaso como lava de hielo en verano tropical , agarra el limber con la mano llena de mango e' bicicleta, lo mete en el vaso denuevo, esta vez invertido, y se va feliz chupando la pulpa que, como alto conocedor del arte de chuparse un limber, sabe que yace frutocita y blanda en el fondo. Y parte con tremenda sinfonía criolla al compás de las bolitas de colores neón que se deslizan en los rayos de la bici.]
¡SLLRRRPPPPPPPP! ¡SLRRRPPPPPPPP! ¡SLRRRPPPPPPP!
fin de la transacción salva calores de un sábado cualquiera, digo... mucho antes de que existiera Tito.
.